Exportar
Con ello, la empresa gana competitividad e incentivo para ser más eficiente. Cualquier dificultad dejará de existir si se siguen los siguientes lineamientos al formular el plan de la actividad exportadora:
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Esté dispuesto a invertir en la organización de su mercado exterior. Sin estudios de mercado, elección cuidadosa de los agentes, definición del consumidor objetivo y conocimiento de los requerimientos de cada mercado, sólo se pueden realizar operaciones esporádicas, nunca permanentes.
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Estudie el mercado con el que quiere operar, para evaluar sus posibilidades comerciales efectivas, enfocándose primero en el cliente y luego en el producto, sus variedades y características requeridas.
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Prestar especial atención a las disposiciones sobre empaque, etiquetado, vigencia y requisitos fitosanitarios, vigentes para el producto en el mercado de destino.
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Mantener alguna forma de representación en el mercado a conquistar, a fin de ofrecer un mínimo de servicio postventa.
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Calcule cuidadosamente los precios de exportación. Además de utilizar los incentivos otorgados a las exportaciones con perfecto equilibrio, en ocasiones es necesario presentar la cotización más ventajosa posible.
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Recuerde que las formas de publicidad, publicidad y promoción de ventas de un producto deben estar siempre en perfecta armonía con las peculiaridades de cada mercado. Para un buen producto siempre habrá un buen mercado.
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Uno de los puntos más importantes, solo hay una razón para que alguien comience a comprar a un proveedor nuevo y lejano: mejor precio, calidad aceptable, garantía de suministro continuo y un servicio tan eficiente como el de los proveedores tradicionales.
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No espere resultados inmediatos y grandiosos. La apertura de nuevos mercados requiere trabajo a medio y largo plazo. En realidad, es una inversión que, si se hace con seriedad, es fruto de grandes resultados.